ISIDORO SÁENZ

Escultor riojano afincado en Soria con taller abierto en la localidad de Oteruelos. Es un artista integral, que conoce el oficio creativo y realiza todo el proceso hasta la consecución de la escultura en hierro. La materia no tiene secretos para él, tiene gran dominio de la misma.

Realiza una obra singular expresada en varias vertientes. Nos ofrece una escultura que se inspira y configura en creaciones personales de actualidad y contemporaneidad llenas de fuerza y creatividad. Partiendo de herramientas e instrumentos, crea esculturas en las que con unas pocas siluetas esboza el espacio interior.

La interpretación temática de los árboles es de gran sensibilidad, en la esquematización de los mismos, muestra el conocimiento y dominio de la forma y crea obras de gran belleza que permiten su instalación en el paisaje, en los medios naturales. En otras ocasiones realiza obras figurativas, las cuales interpreta a través de trabajar planchas de hierro, como en su obra “El Quijote” o en las obras abstractas.

Ha realizado colaboraciones con el maestro Pep Buigues; sobre el desarrollo sostenible con el fotógrafo José Delgado Pascual; con forjadores escultores en Besalú-Girona; en la realización de la performance Dolmen de Lizara-Huesca; en intervenciones sin huella Valle de Pineta Factoryart – Fundación Reyardid; con Musa espacios creativos, Gemma Pascual; Fermín Herrero o Gloria Rubio, entre otros.

Tiene obra pública en: Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (Madrid); “A UN OLMO SECO” A. Machado, Soria; Fundación “Zoilo Ruiz Mateos”, Rota (Cádiz); Espacio 1 Kilómetro de Arte, Ventosa (La Rioja) o homenaje a “La boina castellana”, Valdegeña (Soria), entre otras.

Proyecto.

Yarilo

es una obra que trata de encontrarse en el Camino. Conceptos, fertilidad, germinación, maternidad, una suma de pasado y presente. Lo real es el presente y, el pasado se elabora con la realidad del presente, despreciado por el actual orden frenético de nuestra vida.

El artista no cambia el mundo, lo mantiene despierto, somos autores de lo que queda, dentro de las expresiones plásticas en el trabajo de la memoria. Artesano del hierro, artista son términos aplicables a mi trabajo con una obra entre arte y artesanía, criterios que además pueden coexistir, tampoco está en el legado de la tradición grecorromana pues resulta ya inadecuada para dar razón de los valores estéticos de tradiciones totalmente distintos de aquella.

La vida surge y se manifiesta siguiendo ritmos ancestrales, como obedeciendo a un plan cósmico. El grado máximo de armonía natural, el común denominador entre el crecimiento de las formas y la estética se da en el vegetal. Basta un zarcillo, la voluta de una raíz, el abrirse camino de una rama dubitante, para entender el universo. Escribía Schumacher: lo pequeño es hermoso.
Obtener del hierro en su cognición calidades y sinuosidades propias en su cromatismo, las formas se flexibilizan en la vibración de la línea discontinua en su movimiento que integran lo vegetal, la claridad triunfa con propia luz el ritmo de la composición, las tensiones entre la forma y el espacio, deben fluir en poética simplicidad.

Yo me siento identificado con las vanguardias que querían cambiar a los hombres y el mundo, utilizo el arte como forma de rediseñar la sociedad, no solo se trata de crear una obra de arte. Yo camino en zig-zag: según necesite expresarme en cada momento.