HISTORIA Y TRADICIONES

Panel-Ventosa-Camino-Santiago-baja

Desde este punto en el que te encuentras, se asciende al Alto de San Antón, uno de los lugares más singulares del Camino de Santiago en La Rioja. Se trata de un paso obligado en el tránsito desde el valle del Ebro hasta el corazón del valle del Najerilla.

Un poco de historia

En época romana, éste pudo ser uno de los lugares de paso de la vía de Italia a Hispania por donde se accedía desde Vareia, último puerto fluvial del Ebro, a Tricio, el principal centro alfarero de la Península. A ambos lados de la vía, pequeños yacimientos rurales de época romana abalan esta posibilidad.

Algunos de los grandes ejes de comunicación que estuvieron en funcionamiento durante la Edad Media se beneficiaron de los caminos romanos. Así lo hicieron las rutas jacobeas de peregrinación a Santiago como, por ejemplo, el Camino Francés a su paso por La Rioja.

El Camino de Santiago, que unía Pamplona con Burgos a través de Briviesca, fue desplazado hasta Nájera por Sancho el Mayor a comienzos del siglo XI. Es posible que ya desde la centuria anterior el trayecto pasase por La Rioja, tierra que proporcionaba una geografía y una climatología más amable. A partir del Fuero de Logroño, en 1095, queda consolidado este tramo que discurre por Ventosa y el Alto de San Antón.

También contribuyó a ello, la creación del Hospital de La Cadena en el Alto de San Antón, el punto más alto del camino de Santiago en La Rioja. Este hospital, dependiente del Cabildo de la Catedral de Calahorra, está documentado desde comienzos del siglo XIII, asistiendo a pobres, enfermos, peregrinos y también como leprosería. Se mantuvo en funcionamiento hasta 1791, cuando queda abolida la Orden de San Antón. De la ermita quedaron vestigios hasta mediados del siglo XX. Actualmente solo pueden verse, a la izquierda del camino, los restos arruinados del Hospital.

 

AYUNTAMIENTO DE VENTOSA

Las primeras noticias de la existencia de Ventosa datan del siglo XI, momento en el que pasó a depender del Monasterio de San Millán. También se hace mención del lugar en los fueros de Nájera (1020) y Logroño (1095).

Contaba con 50 vecinos (unos 250 habitantes) en el censo de población de la Corona de Castilla (siglo XVI) y con 771 habitantes en 1842. Desde ese momento, su descenso es casi continuo hasta 2012 (164 habitantes), a pesar de que mantiene una tendencia positiva en el último decenio.

Ventosa tiene un término municipal pequeño y montaraz, sin embargo, dispone de una situación estratégica en el corredor principal desde Navarra y el Ebro hacia la meseta castellana. Estas razones han podido influir en que, al menos, desde el siglo XVII, la mayoría de sus varones anduviesen por los caminos dedicados al comercio.

Durante las Fiestas destaca la Danza en honor a la Virgen Blanca, una de las danzas más antiguas de La Rioja que ha permanecido inalterada a lo largo de los siglos.

LA DANZA DE VENTOSA

La Danza a la Virgen Blanca es una antigua danza de procesión en honor a la Patrona de Ventosa. Su fecha tradicional siempre fue el día 2 de julio. En la actualidad se celebra el primer sábado del mes de julio, dando comienzo a las doce horas en la puerta de la iglesia de San Saturnino.

Los danzadores siempre son hombres, sin límite de número o edad. Es posible que antiguamente fueran ocho los danzadores, más el cachiberrio, porque existe el recuerdo de interpretarse unos troqueaos, danza con palos, que exige ese número de participantes.

La originalidad de esta danza reside en que está justificada en leyendas históricas que remiten a las disputas fronterizas entre los reinos de Navarra y Castilla durante toda la Baja Edad Media. Estas leyendas aparecen plasmadas artísticamente primero en el retablo de la Virgen Blanca del siglo XVII y, en segundo lugar, en una tabla exvoto del siglo XVIII, los cuales se conservan en la iglesia parroquial. También se ha transmitido oralmente la leyenda de que la imagen de la Blanca fue intentada robar por los navarros pero, milagrosamente, se hizo la pesada y no pudieron arrastrarla. Tres leyendas para explicar el origen de una danza.

La letra que acompaña la música de la danza y el rito de las mujeres y niños que se colocan bajo las andas de la Virgen buscando su protección, transmiten simbolismos universales relacionados con la fertilidad y los deseos de una buena cosecha.

TRAJINEROS Y TRATANTES

Los ventosinos son conocidos por toda La Rioja y comunidades vecinas por el apodo de lechoneros, porque esa ha sido su actividad económica principal: comprar y vender tetones. Casi todos los varones de siete familias de este pequeño pueblo han sido tratantes de cerdos: son los Bezares, Ceniceros, Ciria, Garrido, Nestares, Olarte y Rojo.

La investigación histórica realizada hasta el momento, ha permitido descubrir que, al menos, desde el siglo XVII, hombres de Ventosa andaban por los viejos caminos dedicados al comercio. “Trajinantes” se les llamaba en el siglo XVIII; “arrieros”, un poco más tarde; y “tratantes”, en el siglo XX.

A mediados del siglo XVIII, de 109 vecinos de Ventosa, 83 eran arrieros. Los productos con los que han comercializado han sido, preferentemente, el vino, los paños, la sal, la pez, la miel, y, por supuesto, el ganado porcino.

Es un misterio la razón por la que los vecinos de este pueblo se especializaron en el comercio. La explicación quizás sea la suma de varias circunstancias: Ventosa tiene un término municipal muy pequeño y montaraz, poco apto para la agricultura; la propiedad de la tierra estaba mal repartida; la estratégica situación del pueblo en el corredor principal desde Navarra y el valle del Ebro hacia la meseta castellana.

Y, por supuesto, el peso de la tradición: el trabajo de tratante es un oficio que precisa conocimientos específicos que sólo pueden adquirirse por transmisión generacional, de padres a hijos.

MERCADO DEL TRATO

Es un Mercado con un enfoque etnográfico, basado en el pasado comercial de los habitantes de Ventosa: trajineros y tratantes. Los ventosinos acudían a los diferentes puntos de La Rioja y el norte de España a la compra y venta de productos.

En el entorno de la Iglesia San Saturnino se instalan diversos puestos con productos artesanales, degustaciones (migas, crepes, bollo preñado, cerdo asado), exposiciones y audiovisuales, talleres infantiles, artísticos y de profesiones de antaño (cantero, alfarero, pintura, tiro con arco), aves rapaces, representaciones, pasacalles, campamento etc.

Este año como novedad, podrá visitarse la obra de 1 kilómetro de Arte “Tratante” de Oscar Cenzano, y participar en el taller artístico con David Azpurgúa .

Visitas guiadas, catas, y múltiples actuaciones con los Grupos Sapo Producciones, Mon Teatro y concierto de música folk con Illo Gronio completan un variado programa para toda la familia.